Lugar de interés donde nace el arroyo de San Marcos y donde se ubican los restos de una antigua noria de agua; coronados a su vez por una de las motillas más carácterísticas de la zona.
Hasta bien entrado el siglo XX, el lugar de la antigua huerta estaba poblado de grandes olmos que fueron talado a mediados de los ochenta para sembrar cerear. Posteriormente, a mediados de los noventa, la grafiosis acabo con los pocos que quedaron en pie.
En la actualidad solo quedan rebrotes, algunos ya de considerable alturra. Además de los olmos, en estos lugares donde discurrían corrientes de agua, existían especies características como álamos o chopos, también prácticamente desaparecidas en la actualidad.
La motilla data de finales del Bronce y se reutilizó después en la Época del Hierro. En este lugar han aparecido restos de cerámica íbera correspondientes a grandes vasijas de diferentes formas.